Por Abel V. Russo - Publicado por La Posta 12/09/08
No es una perogrullada en Argentina, tierra impredecible hasta en lo axiomático, donde las excepciones se confunden con las reglas y nuestro Juez de Paz Dr. Olaberría, como rara vez, marca el rumbo del buen funcionamiento ocupando un lugar destacable dentro del fárrago del sistema. El severo y ejemplificador fallo judicial dictado recientemente contra la Empresa explotadora de agua corriente (no potable) ABSA, por deficiencia en el servicio y provisión contaminante con serios perjuicios contra la salubridad pública, ha sido recibido como un consuelo por toda la población. Sin duda que ha respaldado al Juzgador el conocimiento directo del problema, el contacto palpable con la realidad, y la rigurosidad de la vivencia, que se convierten en definitiva en tutela de la verdad, llamado jurídicamente como el principio de la inmediatez, ajustando las decisiones judiciales a una objetividad incontrastable. La permanente vigencia del reclamo popular, que con seguridad también debió de ser tenido en cuenta, se la debemos sin duda a la infatigable y constante lucha de los Vecinos Autoconvocados, verdaderos artífices de este triunfo ciudadano ungido por la justicia, que ven coronado su esfuerzo después de tanto batallar en soledad. Sin restarle mérito a los actores del proceso, debemos condenar el oportunismo político que siempre se enanca en las luchas populares, algunas veces para tratar de anularlas por el copamiento, como quiso hacerlo el Concejo Deliberante con aquella audiencia pública convocada en el Newbery el 3/10/06 que erigiéndose en cabeza del reclamo sólo perseguía neutralizar las protestas contra ABSA y en lo posible disolver a los Vecinos Autoconvocados o restarle preponderancia. El lunes 8 de este mes, en el Patio Cívico, también hubo un copamiento pero no con tanta audacia. Algunos miembros del Partido Radical, o lo que queda de él, relegaron a un papel secundario a los Vecinos Autoconvocados, aunque en su nombre y bajo su advocación se hizo la convocatoria popular para discutir el problema del agua en Lincoln y hacer conocer el fallo del Juez que condenaba a ABSA. En la mesa de exhibición, desplazados los Vecinos convocantes, estuvieron apoltronados como héroes de la jornada, solamente los políticos de la coyuntura judicial tratando de explicar en aburrida exposición las secuencias del proceso que a nadie realmente interesaba, pero que justificaba su presencia y ocultaba el posible fracaso a la alternativa de una convocatoria directa, que parece ser una constante que los persigue sin darle oportunidad de tregua, por eso la necesidad del maquillaje y cobijarse astutamente al amparo de Vecinos Autoconvocados, institución que ha adquirido muy buen ganado prestigio popular en la lucha desinteresada y valiente contra ABSA, llevada a cabo desde hace mucho tiempo, en total abandono oficial de donde se demostró siempre escasa atracción por la sensibilidad de los reclamos populares y por la obligación a la protección de la salud de los gobernados.
