Publicado por Diario Democracia 12/10/08 – JUNÍN
Conflicto institucional entre municipios linderos. El Gobierno comunal vecino acusa al de nuestra ciudad de actuar con una “negligencia” que provoca niveles de bacterias hasta 400 veces más altos de los considerados normales. Avanza un recurso de amparo en la Justicia.
Las predicciones de los gurúes políticos dicen que las próximas guerras entre naciones no serán por el petróleo sino por el agua, el recurso que los organismos mundiales piden cuidar con más ahínco. En ese contexto, el municipio de Chacabuco acusa a Junín de contaminar el cauce del río Salado y hacer inaccesible el balneario de la laguna de Rocha para los chacabuquenses. Pensar en un conflicto armado es imposible, pero la situación es cada vez más seria. Una causa judicial que avanza con la aprobación del gobierno de Chacabuco, estudios que indican que la contaminación crece allí de forma exponencial y la falta de diálogo entre dos municipios que podrían estar discutiendo temas en conjunto terminan de formar un panorama que excede a la cuestión del agua. La polémica comenzó cuando el Club de Pesca, Caza y Balneario de Cha-cabuco cerró sus puertas tras algunos estudios que denotaban contaminación que “ponía en riesgo la salud de las personas”, según explicaron en la institución. La Municipalidad de ese partido empezó entonces una serie de análisis que indicaron que el número de cultivos de escherichia coli –una bacteria que suele habitar la flora intestinal de las personas y se traslada a través de la materia fecal– cada cien mililitros superaba los 1500, una cifra 10 veces superior al límite de lo que se considera contaminación. Llegaron entonces las acusaciones de los dirigentes políticos de Chacabuco encabezadas por Rodolfo Luis Bertinatto, subsecretario de Medio Ambiente, que querían saber cómo funcionaba la planta depuradora de nuestra ciudad. En mayo, el secretario de Obras Públicas de Junín, Agustín Pinedo, envió un informe en el que reconoció que la planta depuradora no trabajaba desde octubre de 2007.
Sube la temperatura
Las acusaciones subieron entonces el tono y el intendente Mario Meoni disparó por primera vez contra Chacabuco. Dijo que el municipio lindero tenía problemas propios de contaminación y hasta desafió al gobierno del jefe comunal Darío Golía a que le hiciera juicio a Junín para probarlo. La respuesta no llegó de parte del poder político sino de uno de los principales damnificados. El Club de Pesca, Caza y Balneario de Chacabuco presentó un recurso de amparo en la Justicia. La acción judicial recayó en Jorge Cóppola, titular del juzgado correccional Nº3 de Junín, que, según explicaron los abogados que trabajan con la institución deportiva, “tomó algunas cosas y desestimó otras”. Lautaro Aguirre y Juan Pablo Errasti, que defienden al club, elevaron entonces el recurso ambiental a la Cámara de Apelación en lo Contencioso Administrativo de San Nicolás, que –en una decisión que los abogados consideran favorable– acaba de derivar la causa al titular del Juzgado en lo Contencioso Administrativo Nº1 de Junín, Juan Atilio Bazzani, que sería notificado en los próximos días. “Creemos que están infringiendo la ley y por eso pedimos una serie de medidas que incluyen un plan de saneamiento, una alerta a la población sobre los riesgos que se corren, el cese de la actividad contaminante y la recomposición del daño”, explicó a DEMOCRACIA Aguirre. “No descartamos un juicio por daños y perjuicios a Junín, pero también deberían hacerse responsables los organismo de control”, desarrolló Aguirre. Ahora, el progreso de la vía judicial dependerá del grado de contaminación que detecten los estudios científicos. Y las últimas muestras, dicen en Chacabuco, indican que hubo un salto exponencial en la cantidad de bacterias en el agua. “En el último estudio que hicimos notamos que hay más de 70 mil colonias de escherichia coli cada cien mililitros. Es una evaluación preliminar que tiene que ser corroborada por el estudio del bioquímico Perfetti, pero, hasta ahora, siempre hemos coincidido”, indicó Darío Lazca, técnico de laboratorio de bromatología del Municipio vecino. “Nos encontramos con algunas carpas (peces) muertos y creemos que fue por el nivel de contaminación que tiene el agua, pero habrá que esperar más resultados”, continuó Lazca. Para Bertinatto, de Medio Ambiente, la responsabilidad por este proceso de crecimiento en el daño le cabe al Gobierno que encabeza Meoni. “Hay una clara negligencia de su parte. Los dos pertenecemos al mismo ecosistema productivo y no tenemos respuesta: el intendente no da la cara”, acusó. “Necesitamos un gesto de buenos vecinos que hasta ahora no hemos recibido desde Junín. Hace 15 días hubo una reunión del comité de cuenca en Bragado y nadie de Meoni fue. Tenemos que discutir el plan maestro del río Salado”, insistió Bertinatto.
Conflicto institucional
En este contexto la comunicación entre ambos, admiten ambas partes, es escasa. “Generar una rivalidad por una cosa así es increíble. El daño está hecho pero hay que remediarlo. En este momento no hay diálogo”, admitió el funcionario cha-cabuquense. Desde el Municipio de Junín prometen que en “una semana o diez días” va a estar funcionando la cloración de la planta depuradora, que permitiría bajar el nivel de contaminación. “Tuvimos especialistas para analizar los posibles arreglos en la planta e hicimos estudios en distintos puntos para ver de dónde viene realmente la contaminación”, relataron en el entorno de Meoni. La sospecha de que el daño ambiental que hay en Chacabuco no es exclusiva responsabilidad de Junín es compartida por concejales de la oposición en el Concejo Deliberante del vecino partido. “Nos preocupa ver cuánto de lo que hay lo generamos en realidad nosotros. Tenemos que trabajar en conjunto porque estos problemas exceden lo político y afectan a otras ciudades también”, resumió Hugo Gargaglione, concejal por la UCR.
Conflicto institucional entre municipios linderos. El Gobierno comunal vecino acusa al de nuestra ciudad de actuar con una “negligencia” que provoca niveles de bacterias hasta 400 veces más altos de los considerados normales. Avanza un recurso de amparo en la Justicia.
Las predicciones de los gurúes políticos dicen que las próximas guerras entre naciones no serán por el petróleo sino por el agua, el recurso que los organismos mundiales piden cuidar con más ahínco. En ese contexto, el municipio de Chacabuco acusa a Junín de contaminar el cauce del río Salado y hacer inaccesible el balneario de la laguna de Rocha para los chacabuquenses. Pensar en un conflicto armado es imposible, pero la situación es cada vez más seria. Una causa judicial que avanza con la aprobación del gobierno de Chacabuco, estudios que indican que la contaminación crece allí de forma exponencial y la falta de diálogo entre dos municipios que podrían estar discutiendo temas en conjunto terminan de formar un panorama que excede a la cuestión del agua. La polémica comenzó cuando el Club de Pesca, Caza y Balneario de Cha-cabuco cerró sus puertas tras algunos estudios que denotaban contaminación que “ponía en riesgo la salud de las personas”, según explicaron en la institución. La Municipalidad de ese partido empezó entonces una serie de análisis que indicaron que el número de cultivos de escherichia coli –una bacteria que suele habitar la flora intestinal de las personas y se traslada a través de la materia fecal– cada cien mililitros superaba los 1500, una cifra 10 veces superior al límite de lo que se considera contaminación. Llegaron entonces las acusaciones de los dirigentes políticos de Chacabuco encabezadas por Rodolfo Luis Bertinatto, subsecretario de Medio Ambiente, que querían saber cómo funcionaba la planta depuradora de nuestra ciudad. En mayo, el secretario de Obras Públicas de Junín, Agustín Pinedo, envió un informe en el que reconoció que la planta depuradora no trabajaba desde octubre de 2007.
Sube la temperatura
Las acusaciones subieron entonces el tono y el intendente Mario Meoni disparó por primera vez contra Chacabuco. Dijo que el municipio lindero tenía problemas propios de contaminación y hasta desafió al gobierno del jefe comunal Darío Golía a que le hiciera juicio a Junín para probarlo. La respuesta no llegó de parte del poder político sino de uno de los principales damnificados. El Club de Pesca, Caza y Balneario de Chacabuco presentó un recurso de amparo en la Justicia. La acción judicial recayó en Jorge Cóppola, titular del juzgado correccional Nº3 de Junín, que, según explicaron los abogados que trabajan con la institución deportiva, “tomó algunas cosas y desestimó otras”. Lautaro Aguirre y Juan Pablo Errasti, que defienden al club, elevaron entonces el recurso ambiental a la Cámara de Apelación en lo Contencioso Administrativo de San Nicolás, que –en una decisión que los abogados consideran favorable– acaba de derivar la causa al titular del Juzgado en lo Contencioso Administrativo Nº1 de Junín, Juan Atilio Bazzani, que sería notificado en los próximos días. “Creemos que están infringiendo la ley y por eso pedimos una serie de medidas que incluyen un plan de saneamiento, una alerta a la población sobre los riesgos que se corren, el cese de la actividad contaminante y la recomposición del daño”, explicó a DEMOCRACIA Aguirre. “No descartamos un juicio por daños y perjuicios a Junín, pero también deberían hacerse responsables los organismo de control”, desarrolló Aguirre. Ahora, el progreso de la vía judicial dependerá del grado de contaminación que detecten los estudios científicos. Y las últimas muestras, dicen en Chacabuco, indican que hubo un salto exponencial en la cantidad de bacterias en el agua. “En el último estudio que hicimos notamos que hay más de 70 mil colonias de escherichia coli cada cien mililitros. Es una evaluación preliminar que tiene que ser corroborada por el estudio del bioquímico Perfetti, pero, hasta ahora, siempre hemos coincidido”, indicó Darío Lazca, técnico de laboratorio de bromatología del Municipio vecino. “Nos encontramos con algunas carpas (peces) muertos y creemos que fue por el nivel de contaminación que tiene el agua, pero habrá que esperar más resultados”, continuó Lazca. Para Bertinatto, de Medio Ambiente, la responsabilidad por este proceso de crecimiento en el daño le cabe al Gobierno que encabeza Meoni. “Hay una clara negligencia de su parte. Los dos pertenecemos al mismo ecosistema productivo y no tenemos respuesta: el intendente no da la cara”, acusó. “Necesitamos un gesto de buenos vecinos que hasta ahora no hemos recibido desde Junín. Hace 15 días hubo una reunión del comité de cuenca en Bragado y nadie de Meoni fue. Tenemos que discutir el plan maestro del río Salado”, insistió Bertinatto.
Conflicto institucional
En este contexto la comunicación entre ambos, admiten ambas partes, es escasa. “Generar una rivalidad por una cosa así es increíble. El daño está hecho pero hay que remediarlo. En este momento no hay diálogo”, admitió el funcionario cha-cabuquense. Desde el Municipio de Junín prometen que en “una semana o diez días” va a estar funcionando la cloración de la planta depuradora, que permitiría bajar el nivel de contaminación. “Tuvimos especialistas para analizar los posibles arreglos en la planta e hicimos estudios en distintos puntos para ver de dónde viene realmente la contaminación”, relataron en el entorno de Meoni. La sospecha de que el daño ambiental que hay en Chacabuco no es exclusiva responsabilidad de Junín es compartida por concejales de la oposición en el Concejo Deliberante del vecino partido. “Nos preocupa ver cuánto de lo que hay lo generamos en realidad nosotros. Tenemos que trabajar en conjunto porque estos problemas exceden lo político y afectan a otras ciudades también”, resumió Hugo Gargaglione, concejal por la UCR.